¡Hola disfrutones!

En esta ocasión hemos venido a Plasencia, una de las ciudades más bonitas de Cáceres, Extremadura.

Vinimos a celebrar el cumpleaños de Jose porque, las cosas como son, Plasencia es una de las ciudades más disfrutonas de Extremadura. Buenos restaurantes y bares de tapeo, una historia medieval con muchos atractivos, dos catedrales en una… ¡qué más queréis!

Catedral de Plasencia
Catedral de Plasencia

Antes de entrar en la ciudad recomendamos que paréis en el Santuario de la Virgen del Puerto. Esta virgen es muy venerada por los placentinos y está localizada en una colina con unas vistas espectaculares al Parque Nacional de Monfragüe.

Aunque Plasencia existe desde la época romana, ya que formaba parte de la Vía de la Plata, su fundación oficial es en 1186, cuando Alfonso VIII decide crear una ciudad estable, debido a su situación estratégica, cerca del Reino de León, del Reino de Granada y regada por el río Jerte.

Plasencia y el Jerte
Plasencia y el Jerte

De hecho, uno de los atractivos de Plasencia son sus murallas. Alfonso VIII mandó a 10.000 hombres para que las construyeran en tiempo record, en tan solo 9 meses.

No solo están bien conservadas las murallas sino también sus puertas de entrada: El postigo de Santa María, La Puerta de Coria, que daba acceso a la judería, y la Puerta del Sol, con el escudo de los Reyes Católicos y que da acceso a la Calle del Sol, la más comercial y animada de Plasencia.

Plaza mayor de Plasencia
Plaza Mayor de Plasencia

La Calle del Sol, de hecho, se ilumina todas las mañanas cuando el sol entra por la Puerta del Sol; esa calle además, nos lleva a la Plaza Mayor, que nos encantó. Porticada, con el ayuntamiento gótico-renacentista, con la torre del reloj y la figura de Mayorga y muchos bares para tomar tapas y disfrutar del solecito en sus terrazas. Nosotros picamos algo en El Albero, unas migas riquísimas y el dueño, encantador, nos dio a probar la morcilla patatera, una delicia.

Siguiente zona de paseo, la Calle del Rey. Una detrás de otra, no pararéis de ver grandes mansiones nobiliarias medievales y renacentistas. La Casa de las Argollas, el Palacio de los Monroy, el Palacio de los Mirabel…

Sin darnos cuenta mientras paseábamos esa calle pasamos al que llaman el «barrio de los canónigos». Grandiosos edificios que nos llevan el recuerdo de la época medieval, con una clase social eclesiástica con mucho poder, y dinero… Espectacular la Casa del Dean, con un balcón esquinado del siglo XVII muy bien conservado y que nos recuerda a Ubeda y Baeza.

Plasencia medieval
Casa del Deán, Plasencia

Siguente parada: La Plaza de Ansano, centro de la antigua judería. De hecho, mirad de vez en cuando al suelo por esta zona y veréis unas placas doradas enfrente de algunas casas donde indican la familia judía que vivía ahí antes de su expulsión en 1492.

De hecho, el actual Parador de Turismo de Plasencia está dentro de la judería. Fue una antigua sinagoga y luego convento. Merece la pena que os quedéis al menos una noche aquí, a nosotros nos encantó. Las habitaciones son austeras, ya que estaréis durmiendo en las antiguas celdas de clausura de las monjas. La antigua sacristía y el claustro son preciosos, y buscad la escalera que tienen «al aire», una maravilla de la arquitectura.

Plasencia judía
Detalle del barrio judío de Plasencia

Celebramos el cumple en el restaurante Parada de la Reina, en la estación de autobuses de Plasencia. Sí, habéis oído bien… resulta que hay un restaurante super disfrutón en la estación de autobuses, como lo oís… ya lo conocíamos de cuando grabamos el video sobre Monfragüe y repetimos. Nos encantó, ya veréis en el vídeo que platazos hacen…

Al día siguiente reservamos una visita para ver la catedral de Plasencia con guía. Merece la pena que llevéis guía ya que es una catedral complicada. De hecho, son dos catedrales en una; se empezó a construir una al estilo románico en el siglo XIII pero se decidió renovar al gótico en el XV. Se ve perfectamente la transición; de hecho hay muros de las dos catedrales, curiosísimo. El claustro es precioso, la sala capitular, el coro… buscad la «torre del melón», por cierto…

Acueducto de Plasencia
Acueducto de Plasencia

Ya fuera de las murallas, fuimos a ver el acueducto de Plasencia. Es del siglo XVI y está muy bien conservado. Allí al lado nos metimos el último homenaje foodie antes de volver para casa. Paramos a comer en Casa Tomás, un restaurante tradicional de cocina extremeña, con especial dedicación al cerdo ibérico, no os perdáis el secreto…

Aunque nuestro secreto, ya sabéis, volver a Plasencia siempre que podamos, ¡garantía de disfrutones!

¿Os ha gustado el post? No olvidéis que Cáceres está a menos de 20 minutos…

Por cierto, ¿os hemos dicho que nos encantaría que os SUSCRIBIERAIS en el canal?

No olvideis seguirnos en NUESTRAS OTRAS REDES SOCIALES, donde colgamos información cada día:

Facebook: https://www.facebook.com/viajandoanuestroaire

Twitter: https://twitter.com/viajandoaire

Instagram: https://www.instagram.com/viajando_a_nuestroaire

Y ya sabes, comparte el video si te ha gustado.

¡Hagamos la Comunidad VNA más grande!

¡Hasta la próxima semana!

© Viajando a Nuestro Aire

Estamos en contacto