¡Hola disfrutones!

En este post-video os presentamos Girona, una de las ciudades más bonitas de nuestro país, con mucha historia, barrios medievales muy bien conservados y alrededores interesantes para hacer planes, tanto de mar como de montaña.

«Girona emociona» es el lema de la oficina de turismo de Girona. Y nos gustó mucho porque nos sentimos muy identificados. Girona nos emocionó, de verdad. Por su historia, por lo bien cuidado que está su casco antiguo, por su catedral, por su gastronomía, por su barrio judío, por estar allí el Celler de Can Roca, por sus tradiciones y leyendas, por su Costa Brava, por los pueblos del Baix Empordà… además le dimos el beso en el culo a la leona, con lo que, ¡volveremos!

Fue un fin de semana estupendo. Nos alojamos en un apartamento de Airbnb en pleno centro, al lado del Puente de Piedra, por cierto, construido en época de Isabel II y en perfectas condiciones. Si queréis más información sobre el apartamento, enviadnos un mail a viajandoanuestroaire@gmail.com.

El primer día visitamos todo el centro histórico. Recorrimos 70 veces la Ramba de la Libertad, peatonal y con muchos bares y cafeterías con terraza.

Arco Agullana
Arco del Palacio Agullana, Girona

Subimos las escaleras de la pujada de Sant Domenec para visitar la iglesia de Sant Martí, y allí vimos uno de esos secretos arquitectónicos imperdibles en Girona: el arco del Palacio Agullana. Nosotros no somos especialmente entendidos en arquitectura, pero es espectacular es gran arco en curva y en subida, admirable. Ah, lo que sí somos es fans de Juego de Tronos. En esas escaleras es donde acuchillan a Arya en la sexta temporada, ¿os acordáis?

En seguida llegamos a la catedral, un imponente edificio que se ve desde casi toda la ciudad. Del siglo XI, Románico-Gótico, merece la pena se subáis las escaleras, compréis la entrada y disfrutéis del segundo transepto gótico más grande del mundo, después de la Basílica de San Pedro de Roma. Por cierto, también os sonarán esas escaleras de Juego de Tronos, allí estaba el Gran Septo de Baelor, donde pusieron firme a Cersey…

Catedral Girona
Catedral de Girona

Detrás de la catedral hay unos jardines muy bonitos, donde se combinan plantas y árboles con restos arqueológicos.

Bajo la catedral tenemos el barrio judío. No dudéis en perderos entre sus callejuelas, es precioso.

Desde allí podéis subir a las murallas, muy bien conservadas y con un camino de ronda muy amplio, os dará para una hora de paseo. Son las murallas carolingias más largas de Europa. Hay tramos donde todavía se pueden ver las murallas del siglo III, como en la zona de la Puerta Rufina, de origen romano.

También allí, a un minuto de la catedral, están los «baños árabes«. Lo escribimos entre comillas porque los construyeron los cristianos, tipo réplica de lo que eran los baños árabes andaluces. Tened en cuenta que los moros estuvieron en Girona apenas 100 años, ya que fue Carlomagno desde Francia quien reconquistó la ciudad.

Siguiente parada, la Basílica de Sant Feliú, del siglo XII. Como curiosidad, en el muro exterior hay colgados varios sarcófagos de piedra; son de origen romano y se encontraron cuando se estaba excavando para construir la basílica. Sant Feliú tiene una torre campanario espectacular, con forma defensiva y que, en la época medieval estaba unida a la muralla. Además esta basílica tiene algo muy valioso para los gerundenses: la tumba de Sant Narcís. Es patrón de la ciudad desde aquel día cuando, estando la ciudad sitiada por las tropas de Felipe II de Borgoña, miles de moscas salieron del interior del sarcófago y atacaron a las tropas invasoras, impidiendo que entraran en la ciudad. Quién sabe si siguen ahí…

Tumba San Narcís, Gerona
Tumba de Sant Narcís, Basílica de Sant Feliú, Girona

Comimos en Arròs i Peix. Es un restaurante muy curioso. Cuando entras es una pescadería. El pescadero te cuenta los pescados que tiene y sugiere como cocinarlos. Luego te sientan y te sirven lo que has pedido, nos gustó el invento, y estaba todo riquísimo.

Girona tiene también mucho encanto hacia el otro lado, hacia el río Oñar. Nos contaban que hace 40 años el río llevaba aguas residuales y era horrible la zona. Ahora lo han limpiado, remodelado, han pintado las casas, arreglado los puentes, y es una gozada pasearlos todos. El Puente de Hierro, diseñado por Gustav Eiffel antes de hacerse famoso por su torre de París, es uno de los más fotografiados. Pero ojo al Puente de Gómez, muy bonito también (Sandra os contará en el video la historia del nombre…).

Río Oñar
Casas sobre el Río Oñar, Girona

Una de las casas más bonitas que dan al río es la Casa Masó. No os la perdáis si os gusta la cultura y el arte. Es más, concertad un par de días antes una visita para que os la enseñe la guía que tienen allí, merece la pena. Os explicarán quién fue Rafael Masó y en qué consiste el Novecentismo, ¡muy interesante!

Casa Masó
Detalles en la Casa Masó, Girona

Descansamos un ratito y nos fuimos a pasear por la otra orilla del Oñar. Es más moderna, con menos atractivos turísticos pero con mucha vida nocturna. Bares con cervezas artesanales, buenos bistrots y restaurantes románticos…

Nosotros cenamos en El Blanc, un sitio divertido con cocina creativa y bien de precio. No tomamos postre para disfrutar como despedida de la ciudad, de los helados de nuestro querido Jordi Roca. Tiene una heladería llamada Rocambolesc, no os la perdáis. Aparte de que la decoración es super divertida, los helados son todos «Jordi Roca Style»: muy transgresores, divertidos, sabores con potencia… ¡nos encanto! ¡Perfecto final de semana y de viaje!

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¡Hasta la próxima semana!

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