Catalunya

¡Cenamos en el Celler de Can Roca!

5 enero, 2020

6 minutos de lectura

¡Hola disfrutones!

En este post-video os contaremos detalles sobre uno de los momentos disfrutones más especiales de nuestra vida: CENAMOS EN EL CELLER DE CAN ROCA.

Sí, el Celler de Can Roca. 3 estrellas Michelín y uno de los 3 mejores restaurantes del mundo. No somos conscientes de lo que tenemos en casa y no valoramos cómo se merece un sitio así. Por cierto, nos dijeron que es uno de los 3 estrellas Michelín más baratos del mundo, así que…

Pero bueno, la idea que tenemos con este post-video no es simplemente poneros «los dientes largos» sino contaros la historia de esta familia, mostraros lo que hemos llamado el Universo Roca y que valoréis/valoremos un negocio familiar local como éste que ha conseguido posicionarse entre los mejores del mundo.

Todo empezó cuando los abuelos de los actuales hermanos Roca abrieron una casa de comidas en el barrio de Talaia, a las afueras de Girona. «el Can Roca». Se trata de un barrio humilde, obrero, clase media. Posteriormente lo gestionaron sus padres, que son quienes lo llevan en la actualidad. Estuvimos allí, y de hecho nos comimos una ración de champiñones que bien podría haber cocinado nuestra madre. Y es que la esencia del Can Roca es eso, cocina tradicional, de toda la vida. Entrar en el Can Roca es como si estuvieras en el bar de debajo de tu casa. Jaleo, paisanos del barrio, servilletas en el suelo, amigos tomando tercios… parece increíble que en dos calles para abajo esté uno de los mejores restaurantes del mundo…

Después de disfrutar de la cocina de los padres, nos dirigimos a ver LA MASIA DEL CELLER DE CAN ROCA. La masía es una casa adyacente al Celler, y la utilizan preferentemente como centro de innovación y reuniones. Nos sorprendió ver unas gallinas y muchas plantas aromáticas, y es que están experimentando con semillas de plantas en peligro de extinción y la forma de introducirlas en sus creaciones culinarias. Dentro de la masía vimos su centro de innovación, que es básicamente un laboratorio. Probetas, cubetas, frascos, pizarras con recetas y experimentos… fue una pasada ver en ese momento cómo una máquina estaba calentando al baño maría una mezcla de agua y tierra roja, con idea de sacar un aroma a tierra, que posteriormente introducirán en alguno de sus platos. ¡Qué pasada!

La Masía del Can Roca — Plantas aromáticas en la Masía del Can Roca

En la planta de arriba de la masía tienen una sala de reuniones donde cada martes hacen brainstormings y, con ayuda de psicólogos, trabajan su creatividad e innovación. Allí también vimos que están haciendo un esfuerzo en reducir la cantidad de residuos, sobre todo los reciclables como el vidrio o los plásticos. Roca Recicla, se llama el proyecto, muy interesante, aquí os dejamos más información.

Después llegó el momento de entrar en el Celler de Can Roca propiamente dicho. Nosotros íbamos a ir a cenar, pero nos permitieron ir también a la hora de comer, a grabar la cocina. Sí, disfrutones, pudimos entrar en la cocina del Celler de Can Roca, posiblemente una de las experiencias más espectaculares de nuestra vida. ¡Qué pasada!

Aperitivo en el Celler de Can Roca — Un aperitivo en el Celler de Can Roca…

Los tres hermanos estaban allí, trabajando como el que más. Joan nos recibió en la entrada; allí estaba, dirigiendo todas las comandas y organizando a los equipos. Más de 30 cocineros vimos allí, además de todas las partes del mundo. Curiosísimo…

cocina celler can roca — Cocineros trabajando en la cocina del Celler de Can Roca

Jordi acababa de terminar una reunión con su equipo de repostería, preparando los postres que nos íbamos a comer por la noche. Y Josep, el sumiller, entrando y saliendo a sala para que todo llevara un ritmo.

Nos sorprendió ver esa organización «germánica», en la que camareros, cocineros y jefes de cocina, «bailan» a un mismo ritmo. Ni un grito, todo está perfectamente coordinado. Una pasada.

Celler can roca, cocina — Uno de los cocineros trabajando en la cocina del Celler de Can Roca

Llegó el momento de volver a casa, descansar un rato y volver a cenar…

La cena fue una maravilla. Llegamos con tiempo para disfrutar lo máximo posible de la experiencia. Tomamos un vermut artesano en la terraza y al terminar pasamos a sala.

Tema vinos: Josep es tan bueno, tiene tanta psicología, que hace fácil la difícil elección del vino. Como veréis en el video, hay tres libros, sí, libros, de cartas de vinos. Uno de blancos, otro de tintos y otro de espumosos. Teníamos claro que queríamos tinto, y también que no íbamos a mirar semejante libraco. Así que le dijimos a Josep qué tipo de sabor nos apetecía, qué cualidades, e incluso qué precio, y acertó de pleno. Nos ofreció dos vinos del Montsant (éramos cuatro…), los dos por menos de 40€, y estaban riquísimos y maridaron perfectamente con el menú.

Elegimos el menú corto, que como suele pasar en este tipo de restaurantes, es más que largo. Y más para cenar…

Plato del Celler de Can Roca — Una de las elaboraciones de nuestro menú del Celler de Can Roca

La cena fue un festival. Diríamos incluso que fue una sinfonía. Sabores intensos seguidos de algunos más suaves. Texturas muy diferentes y creatividad en cada creación. Nos quedaríamos con el juego del principio «en busca de la perla», las gambas de Palamós y sus patas fritas… y luego los postres. El homenaje a los lácteos y «el viaje a La Habana» son señas de identidad de la creatividad de Jordi. Una pasada.

Elaboración Celler Can Roca — Las gambas de Palamós del Celler de Can Roca

Pero bueno, no os contamos más. Ved el video y oye, si ahorráis un poquito y reserváis con tiempo, a ver si os animáis a ir al Celler de Can Roca y contarnos vuestra experiencia.

Nosotros, como resumen del Celler de Can Roca, decir que fue el dinero mejor invertido en 2019, que debemos estar más que orgullosos de tener en nuestro país a uno de los tres mejores restaurantes del mundo y que esto es más que comer; es un show, es una experiencia única.