¡Hola disfrutones!
Viajamos por primera vez en el canal a la provincia de Córdoba, a ver uno de los pueblos más bonitos de España: ZUHEROS. Fue un fin de semana perfecto de visiteo, gastronomía, paseos por el campo y también descanso… os contamos más…
Llegamos un viernes por la tarde, tipo ocho, justo para ver cómo atardecía sobre los campos de olivos de la cordillera subbética. Qué maravilla de paisaje… Zuheros está a 70 kms. de la capital de la provincia, Córdoba. Os diríamos que está más cerca de Jaén que del propio Córdoba. Para que os situéis, la ciudad más grande que está más cerca de Zuheros es Baena, famosísima por sus aceites.
Saludamos a la dueña de nuestro Airbnb. Alquilamos una casa entera, con capacidad para 4/6 personas. Estaba bien de precio, muy bien situada y con buenas críticas, con lo cual… de hecho si queréis más información, mandadnos un mail a viajandoanuestroaire@gmail.com y os enviamos el enlace a la casa en Airbnb, vale?
Dimos un paseo por las calles principales para situarnos: la calle Pozo y la calle Mina son paralelas y os ayudarán a guiaros. Zuheros tiene esa estructura árabe de callejuelas estrechas tan bonita. De hecho es uno de los Pueblos más Bonitos de España, un respeto… Eso sí, dejad el coche fuera, hay mucho sitio para aparcar en la zona del Mesón Atalaya.
Cenamos en, posiblemente, el mejor restaurante de Zuheros. Hablamos del restaurante del Hotel Zuhaira. La sala interior no dice mucho, pero tiene una terracita preciosa, muy tranquila y rodeada de jazmines. Recordad reservar en la terraza, una maravilla. Los camareros muy atentos, nos recomendaron muy bien y comimos todo producto local, como siempre en nuestros viajes.
Zuheros fue fundado por los árabes en el siglo IX. De ahí su estructura. Luego, en 1241 fue conquistado por Fernando III.
Al día siguiente desayunamos en el Mesón Atalaya, unos molletes típicos de la zona con un exquisito aceite de oliva virgen extra Arbequina. Eso nos dio fuerzas para subir y bajar las callejuelas de Zuheros, disfrutando, y haciendo mil fotos, de sus paredes blancas, las rejas de las ventanas, las plantas y flores a la entrada de las casas… una maravilla si os gusta la fotografía.
En la parte baja de la villa paramos a disfrutar del Mirador de las Escominillas. Os quedaréis locos viendo ese océano de campos de olivos y los primeros montes de la sierra Subbética. Por cierto, si os gusta el aceite de oliva y el interior de Andalucía, no os perdáis los posts que hicimos sobre Ubeda y Baeza.
Arriba del mirador os encontraréis con el castillo de Zuheros. De ahí, de hecho, viene el nombre. Los árabes le llamaron el Castillo de Zujaira. Es curioso porque solo queda una torre y las defensas de la época árabe. Aparte hay una torre del Homenaje cristiana y restos de un palacio renacentista que se hizo el Conde de Zuheros. ¡Una curiosa mezcla de estilos!
Si queréis visitar el castillo, tendréis que comprar las entradas en el Museo Arqueológico de la villa, aquí tenéis más información.
Luego cogimos el coche y nos dirigimos, por la carretera que indica a la Cueva de los Murciélagos, a Iberfauna. Lo encontramos cerrado ya que solo se abre previa cita. Os dejamos aquí más información y Sandra os contará en el video qué tiene de interesante. Nos quedamos con ganas de ver a sus gatos monteses… ¡para la próxima!
Jose en ese momento siguió subiendo en coche hasta la Cueva de los Murciélagos. No os contamos mucho para no desvelaros el «secreto de Zuheros», pero fue impresionante. Avisos varios: llevad siempre una chaqueta ya que bajaréis a 80 metros de profundidad y siempre hace una temperatura de unos 9/10 grados. Además, ojo si estáis mal de las rodillas o si vais con gente mayor; hay que bajar (y luego subir) unas 350 escaleras. Por último, llamad el día antes para elegir hora y reservar; vimos a varias personas que no pudieron bajar por estar el grupo lleno.
Dicho esto, a Jose le encantó. Tiene pinturas rupestres muy bien conservadas y algunas más que irán enseñando, todavía bajo cuidados. Aparte tiene unos salones espectaculares donde disfrutar de enormes estalactitas y estalagmitas. No os perdáis «el espárrago», ¡alucinante!
Comimos en un sitio muy especial: Los Balanchares. De hecho, no es un restaurante como tal, sino una quesería que también tiene restaurante. Nos explicaron los diferentes tipos de quesos que se producen allí, mayoritariamente de cabra. Como no podía ser de otra forma, comimos una tabla de quesos riquísima (ver video) además de una pata de cabrito al romero con salsa de cítricos que nos encantó. Lo rematamos con unos chupitos de resolí (sí, como el licor de Cuenca…) y a echar la siesta.
Al día siguiente Jose se fue a quemar un poco de calorías a correr por el sendero del Río Bailón. Son 11 kilómetros, bastante duros al principio, que muestran cómo es el Parque Natural de la sierra subbética. Monte bajo, mucha roca y unos caminos preciosos para hacer sin prisas.
Sandra mientras hizo también un poco de «zapatilla». Recorrió el parque peri-urbano, un recorrido alrededor del pueblo con pasarelas curiosas y muy buenas vistas de los olivares. Recomendable para hacer con niños, es sencilla.
Así terminó el fin de semana, paseando, como lo empezó… muy recomendable Zuheros, ya habéis visto: gastronomía, buenos quesos y aceites, calles blanquitas y sinuosas, cuevas, senderos, y sobre todo, ¡muy buena gente! ¡Viva Zuheros!
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¡Hasta la próxima semana!
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