Aragón

Valderrobres, que ver en uno de los pueblos más bonitos del Matarraña.

Hace 10 meses

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¡Hola disfrutones!

En este post-video os enseñamos VALDERROBRES, uno de los pueblos más bonitos de España.

Valderrobres está situado en la comarca del río Matarraña, en Teruel, Aragón. No solo es uno de los pueblos más bonitos de España sino que también es conjunto histórico-artístico.

Recomendamos que dejéis el coche en alguno de los parkings gratuitos que hay antes de entrar en el casco antiguo, cerca del puente. El puente medieval de Valderrobres es impresionante. Con arcos apuntados, 100% de piedra y muy bien conservado… al final del puente está el Portal de San Roque, la única entrada que se conserva de las murallas medievales. Es muy bonita, con un matacán perfectamente conservado.

El Portal de San Roque da paso a la Plaza de España. Está rodeada de mansiones y casonas medievales, a cual más bonita. Destaca el ayuntamiento, con soportales, escudo heráldico, una primera planta balconada… muy bonito.

A partir de ahí lo que os recomendamos es que callejeéis, que os perdáis por las callejuelas estrechas, empedradas, que hagáis mil fotos y que subáis esas pedazo de cuestas hasta llegar al castillo. Tendréis que sacar una entrada que os dará acceso al castillo y a la Iglesia de Santa María la Mayor. Dicen que es uno de los mejores ejemplos de gótico levantino, la verdad es que está cuidadísima.

El castillo tiene sus orígenes en el siglo XII. En el XIV, el arzobispo de Zaragoza lo reformó, quitándole la estructura defensiva y diseñándolo tipo palacio. En el silgo XVII se abandona, y es ya hacia 1980 cuando se plantean reconstruirlo. Actualmente se utiliza para fines culturales.

Otro paseíto de vuelta y a ver más cosas. La carretera que va de Valderrobres a Ráfales es preciosa. Iréis siempre rodeados por campos de olivos y frutales, con esas colinas redondeadas tan bonitas. Aquí entiendes que al Matarraña le llamen «La Toscana Española»…

De hecho, os invitamos a que probéis las curiosas variedades de olivas que tienen en esta zona. No son las típicas picual, arbequina… de Andalucía. Sabores muy suaves, que encajaban muy bien con ensaladas y tablas de quesos.

Como es habitual, la Plaza Mayor es el centro neurálgico. La Iglesia de la Asunción, del siglo XV, y el Ayuntamiento del siglo XVI. El ayuntamiento está sobre uno de los arcos, ya que toda la plaza está porticada. Aquí se hace una feria de ganado y productos locales en Noviembre desde hace siglos.

Debajo del ayuntamiento está la antigua cárcel medieval. Este tipo de antiguas cárceles son curiosísimas, son como «cárceles-pozo», ya que están excavadas bajo tierra y al reo le bajaban por cuerdas. Hay una red de cárceles medievales en el Matarraña que os va a encantar, sobre todo si vais con niños.

Del Castillo de Ráfales apenas queda la puerta de piedra de entrada; tiene el escudo de la Orden de Calatrava ya que fueron estos monjes los que ayudaron a repoblar esta zona con familias del norte. Esto nos recuerda otra región similar que visitamos hace tiempo, el Maestrazgo y sus monjes templarios.

A la salida de Ráfales, a 5 minutos, está el Molí del Hereu, un molino de aceite del siglo XVIII que estuvo operativo hasta mediados de los años 70. Actualmente es el Museo del Aceite, muy interesante. Fuera hay un pequeño jardín botánico muy bonito para echar un paseíto antes de comer.

Y hablando de comer… Sandra tuvo una sorpresa, que fue reservar en la terraza del Hotel-Restaurante Consolación. Es una pasada. Desde lejos parece una catedral, y es que tiene una iglesia anexa. El edificio principal del hotel y restaurante es muy modernillo y lo que son espectaculares son las habitaciones cubo. Dan al valle, son 100% sostenibles y eco-friendly y, ojo, dog-friendly!!! Iremos algún día con Shiva, por supuesto que sí.

Al terminar la comida todavía nos dio tiempo a bajar unos 30 minutos al sur para ver Peñarroya de Tastavins. De allí nace una ruta de senderismo bastante famosa, la ruta de las Rocas de Masmut. Nosotros nos dimos un paseo por otra ruta que va bordeando la montaña por encima del pueblo. Vimos varias casas-cueva y, de hecho, comentaban que ya en el año 50 adc vivían familias de íberos allí.