Hola disfrutones!
Este fin de semana nos acercamos al norte de Guadalajara a conocer sus todavía poco conocidos PUEBLOS NEGROS.
Se trata de una zona muy concreta en la que se concentran no más de 10 pueblos espectacularmente bonitos y todos con la misma característica: sus casas se hicieron con piedra de pizarra, muy abundante en esa zona, y de ahí el color negro. Técnicamente se llama «arquitectura negra» y la verdad es que da un toque precioso a los pueblecitos. Están además muy bien conservados y se nota que vive gente. Están relativamente cerca de Madrid (menos de 2 horas) y hay bastante turismo de fin de semana. Aún así, guardemos el secreto porque cuando esta zona se conozca más y se masifique ya no será lo mismo…
Hicimos noche en un hotel rural llamado La Casa de Los Gatos. Está en un apacible pueblito llamado Condemios de Abajo. Es un hotel perfecto para conocer esta zona, está muy bien situado. Además es muy tranquilo y el dueño es simpatiquísimo. Nos dio muchas pistas para conocer en profundidad la zona y nos hizo un desayuno riquísimo! Lo malo es que a los vecinos de al lado les dio por poner el motor del jacuzzi a las 00:30 de la noche y no nos dejaron descansar hasta bien entrada la madrugada. Hay que cuidar esas cosas, amigos de Casa de los Gatos!
Visitamos todos los pueblos de esa carretera, Galve de Sobre y su castillo, el pueblo abandonado de Umbralejo, Valverde de los Arroyos (muy orgullosos de su premio como «uno de los pueblos más bonitos de España»), Almiruete, Tamajón y su «pequeña Ciudad Encantada»… y luego subimos de nuevo al norte por la carretera GU-186, que abre en dos la zona.
En esta segunda fase vimos Campillejo, El Espinar, y dos de las «joyas de la corona» de la arquitectura negra: Campillo de Ranas y Majaelrayo. ¡Qué bonitos! Desde ambos se divisa el Pico del Ocejón, uno de los montes más altos de Guadalajara.
Comimos en Campillo de Ranas, en el restaurante La Fragua. Tienen una carta reducida pero con contundentes y muy ricos platos de la región. Como ese día hacía fresquito qué bien entraron la sopa castellana y las migas!
Majaelrayo es otra maravilla de pueblo. Ideal para moteros, ya que la carretera es muy bonita, bien asfaltada y en la entrada del pueblo hay un bar con terraza estupendo para tomar un pincho y seguir la ruta.
Al día siguiente nos dimos un paseo por el pinar de Condemios de Arriba. Es muy bonito, muy agradable para hacer con niños y muy curioso porque hay varias figuras de madera «escondidas» durante el paseo. Por lo visto lo hicieron 4 «»mozos» de la zona con una motosierra. Ole por ellos!
Terminamos la excursión en Marchamalo, un pueblito a las afueras de Madrid, donde comimos en un restaurante exquisito: Las Llaves.
Las Llaves tiene un Sol Repsol. Y aquí queremos parar y darle la importancia que se merece: siempre estamos viendo las famosas Estrellas Michelín, y está muy bien, pero oye, defendamos también lo nuestro, no? Repsol es una empresa española y hay que hablar también de las recomendaciones que hacen y los soles que da a alojamientos y restaurantes.
El tema es que comimos genial. Productos de temporada, recetas castellanas pero con unos toques modernos y de fusión muy interesantes. Además las mesas son grandes, mucho espacio entre ellas, los camareros y camareras majísimos… vamos, que volveremos pronto!
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En el camino escuchamos esta lista de Extremoduro de Spotify. ¡Poesía dura y desgarradora la de estos máquinas extremeños!
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¡Hasta la próxima semana!
© Viajando a Nuestro Aire
