¡Hola disfrutones!
Hoy os llevamos a Clermont-Ferrand, una de las ciudades más importantes y bonitas del centro-sur de Francia.
Clermont-Ferrand está situado en el valle del Puy, la cadena montañosa volcánica más larga de Europa. No os asustéis, son volcanes extinguidos hace miles de años, pero vamos, que se ven perfectamente y hacen de esta zona una maravilla si os gusta el senderismo, el ski y el ciclismo (¡podríais subir el mítico Puy de Dome del Tour!).
De hecho, nos quedamos con ganas de visitar en profundidad la región de L’ Auvergne, es un destino super disfrutón: buenos quesos y embutidos, rutas de senderismo, naturaleza a tope, pueblitos medievales…
Uno de los pueblos más bonitos de la región, antes de llegar a Clermont-Ferrand, es Besse. Recomendamos que dejéis el coche en uno de los parkings antes de entrar y que luego disfrutéis del paseíto por el casco medieval. Todavía mantiene Besse restos de su muralla medieval, y una preciosa torre de entrada. El Palacio de la Reina Margot merece una visita, es precioso. En general, Besse es un pueblo de cuento, con sus suelos empedrados, es 100% peatonal, sus casas de piedra volcánica, esas contraventanas de colores, los tejados en uve, tantas flores…
Además, buenas pastelerías y tiendas de quesos, ojo al dato. Nosotros entramos en la Iglesia de San Andrés, muy bonita también con ese color oscuro que le da la roca volcánica; poned atención a los capiteles historiados de sus columnas. Al salir de la iglesia nace una carretera que os lleva a las pistas de ski de Super-Besse.
Siguiente parada antes de llegar a Clermont-Ferrand, la Iglesia de Saint Nectaire, monumento nacional de Francia y una maravilla para dedicarle una horita. Conserva la policromía original en varias partes del techo, capiteles y arcos. Y por fuera es preciosa también.
Llegamos a Clermont-Ferrand y dejamos el coche, casi para no volver a cogerlo…, cerca de nuestro apartamento en la Tour Gregoire. Clermont-Ferrand es la unión de dos villas, Clermont y Ferrand, en 1230. Desde entonces se ha convertido en un importante destino turístico de interior por su riqueza monumental.
Le dedicamos un ratito a la Basílica de Nuestra Señora del Puerto, Patrimonio de la Humanidad, construida en el siglo XII. Conserva pinturas, mosaicos y capiteles con policromía original, e igual que en Besse, con esa piedra oscura volcánica que le da ese rollo místico e intimista tan chulo.
La basílica está en el barrio del puerto, una zona muy bohemia y auténtica. Por las mañanas tranquilita, con cafeterías cuquis, y por las noches garitos de música en directo y buen ambiente.
La calle del Puerto termina en la fuente de Amboise, muy bonita, con un mirador donde disfrutaréis de toda la cadena montañosa del Puy.
Llegamos a uno de los puntos más esenciales de Clermont-Ferrand, su Catedral de Notre Dame. Gótico «de manual», del siglo XIII, con, otra vez…, esa piedra roja, y dos torres campanarios que se ven desde todos los puntos del casco viejo. Tiene a su derecha una gran plaza con muchos bares y terrazas, por la noche se está de lujo allí, y más viendo las sombras de la catedral.
Hay otra plaza, andando 10 minutillos hacia el sur, con mucha vida también, la Plaza de Jeude. Rodeada de grandes edificios renacentistas, con un jardín urbano muy agradable (sobre todo para el verano…), y como curiosidad, con la estatua en el centro de la plaza del Rey galo Vercingetorix, que nos recordaba a Asterix y Obelix!
Al día siguiente sí cogimos el coche para ir a ver la Fábrica-Museo de Michelín. Los hermanos Michelín eran oriundos de Clermont-Ferrand y aquí fundaron la que fue primero una fábrica de pelotas de caucho. Luego ya empezaron a hacer ruedas de caucho para los carros y han llegado a lo que es ahora, una de las principales marcas de neumáticos del mundo. En los años 70, más de 30.000 familias de Clermont-Ferrand vivían grancias a la fábrica de Michelín. Merece mucho la pena que entréis en el museo, vais a aprender un montón sobre la historia de la automoción, de la Guía Michelín… y vuestros hijos se harán muchas fotos con coches antiguos, con Fórmula 1, con el muñeco de Michelín… es un planazo para toda la familia.
Por la noche fuimos a cenar a un sitio bien disfrutón, Le Bistrot d’a coté. Cocina de mercado con toques creativos, buenos vinos, nos gustó mucho!
Lo dicho, no descartamos el año que viene pasar una semanita en L’ Auvergne, nos parece un planazo y no está lejos de España, haciendo una noche de parada en el País Vasco-Francés, os pilla cerca.
Por cierto, ¿os hemos dicho que nos encantaría que os SUSCRIBIERAIS en el canal?
No olvideis seguirnos en NUESTRAS OTRAS REDES SOCIALES, donde colgamos información cada día:
Facebook: https://www.facebook.com/viajandoanuestroaire
Twitter: https://twitter.com/viajandoaire
Instagram: https://www.instagram.com/viajando_a_nuestroaire
Y ya sabes, comparte el video si te ha gustado.
¡Hagamos la Comunidad VNA más grande!
¡Hasta la próxima semana!
© Viajando a Nuestro Aire