¡Hola disfrutones!
En este post os ofrecemos una ruta por la COSTA DEL PAIS VASCO-FRANCES.
Pasamos a Francia por Hondarribia y Behobia. Primera parada, SAN JUAN DE LUZ.
San Juan de Luz es uno de los pueblos más bonitos y con más encanto de esta zona; de hecho os recomendamos que paséis al menos dos días aquí, porque tiene mucho que ver y además una playa estupenda para descansar.
Os recomendamos que dejéis el coche en el parking más cercano a la Grand Plage y a partir de ahí lo hagáis todo andando, merece la pena. Eso sí, los parkings son caros…
La Gran Playa es espectacular. Larguísima y muy tranquila, perfecta para niños. Aprovechad porque a partir de aquí hacia el norte las playas se ponen más «violentas», con mucha ola, mucha resaca y más frías.
Si sois corredores, nos os perdáis una tiradita por el paseo marítimo, es una maravilla. Para los que os gustan las compras, en los soportales del Casino La Pérgola encontraréis muchas tiendas de moda, complementos y souvenirs.
Nosotros, como somos más de arquitectura y de historia, alucinamos con la belleza del Grand Hotel. Su estilo art-decó nos llevó a esos años 20 franceses donde la jet-set de la época venía a darse baños, a gastarse los cuartos y a hacerse ver… preciosísimo edificio y muy bien conservado.
Pasead hasta la esquina sur de la playa, donde comienza el puerto. De repente, el ambiente y la arquitectura cambia. Del glamour de los años 20 pasamos al Euskadi de los años 40. Espectaculares villas y caseríos con ese estilo vasco tan característico y que tanto nos gusta. Nos recuerda a nuestro post-video sobre la Selva de Irati.
Las casas del puerto son preciosas. Dicen que fueron de antiguos corsarios y que los reyes franceses se las regalaban por sus servicios a la Corona.
Enfrente del Ayuntamiento hay una placita muy cuca para que desayuneis o toméis una cervecita simplemente disfrutando del entorno.
Allí también podréis ver dos de las casas con más historia del pueblo: la casa de la Infanta y la de Luis XIV.
¿Y por qué ese nombre? Porque en San Juan de Luz se casó Luis XIV con la infanta española María Teresa, dando fin a la Guerra de los 30 años. Qué época esa en la que un matrimonio podía hacer terminar una guerra…
Por cierto, no os perdáis la Iglesia de San Juan Bautista de San Juan de Luz, del siglo XVII. Aunque por fuera parece un poco sosa, por dentro es espectacular. Nos encantaron sus galerías de madera, que le hacen más bien parecer un teatro… y los barcos colgados del techo, donde se aprecia el aire marinero de esta villa.
Desayunamos en la Maison Adam, una de las confiterías más famosas de San Juan de Luz. Probamos sus famosos macarons aunque nos quedamos con las ganas de probar sus croissants, vaya pinta tenían…
Con pena por no habernos quedado un día más en San Juan de Luz, salimos de la ciudad hacia el norte, para hacer la siguiente parada en el pueblo costero de La Guetarie. Allí aprovechamos para dar un paseo, tomar una cerve en el Hotel Le Madrid (recomendable que durmáis allí… vaya vistas…) y comer en el Restaurante Heteroclito, uno de los más recomendados por nuestros amigos travel bloggers franceses.
Aviso, para disfrutar del Heteroclito de Guetarie debéis ir pronto, tipo 12. Luego ya no hay mesas y además se está tan agusto que la gente no se mueve…
Vistas espectaculares del océano, ambiente surfer y modernillo, buena música y comida muy rica. Probamos por primera vez la famosa ratatouille, que no es más que verduras al horno. También una rillette, un plato que nos iba a acompañar durante todo el viaje; es una especie de paté de pescado con verduritas frescas por encima que se sirve en un botecito de cristal. Riquísimo y bastante sano…
De ahí vuelta al coche y parada con paseo por la playa de Bidart. Eso sí que es una playa de las que nos gusta a nosotros. Buenas olas, airecito, buen ambiente y muy larga, con lo que puedes tumbarte sin tener a nadie en varios metros.
Luego visitamos el pueblo de Bidart. Un poco turístico para nuestro gusto pero oye, muy bonito. Dejamos el coche en la plaza principal, rodeada de caseríos vascos… hay incluso un frontón!
Subimos a la capilla de la Madeleine. Es muy cuca, con una virgen muy bonita. Pero lo espectacular son las vistas del mar, de la playa y de los diferentes colores del agua… en el video se ve muy bien este cambio de tonos del azul, una pasada.
De ahí cogimos otra vez el coche para llegar a Biarritz, pero eso será ya en el siguiente post, porque Biarritz tiene mucha telita que contaros, amigos y amigas disfrutones…
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