¡Hola disfrutones!
En este post-video os enseñamos Frómista, uno de los pueblos más bonitos de Castilla y León.
Frómista está en la provincia de Palencia y es paso obligado del Camino de Santiago francés. Mucha historia, leyendas, anécdotas, os contaremos sobre el Canal de Castilla, sus tres iglesias, su gastronomía… ¡a ver si os gusta!
Lo primero y lo que os solemos decir siempre: contactad con la oficina de turismo de Frómista un par de semanas antes de ir. Os darán pistas, guias y trucos para sacar partido a los días que paséis allí. Imprescindible, reservad visita guiada para que os enseñen en profundidad las tres iglesias.
Frómista es el paraíso si os gusta el arte medieval. Vamos a daros alguna pista de sus tres iglesias:
Empezamos por la joya, San Martín de Tours. Comenzada a construir en 1066, cuando todavía no existía el pueblo. Había un pequeño monasterio, el de San Martín, y la iglesia se construyó al lado. Es increíble lo bien que se ha conservado y las reformas tan cuidadosas que ha tenido. Su cimborrio está como el primer día, sus capiteles historiados, sus canecillos, su decoración ajedrezada, sus dos torres circulares… De hecho las dos torres son casi únicas, le dan un toque exterior muy diferente de cualquier otra iglesia románica. No os queremos desvelar más ni quitarle el trabajo al guía, solo os decimos que después de la visita saldréis con dudas sobre si realmente es románica pura o no…
Segunda iglesia, San Pedro, a menos de 5 minutos andando de San Martín. Es gótica, siglo XV, aunque con una fachada renacentista. Tiene un corredor de madera en el tejado que le da un toque diferente, y otra curiosidad es que la planta está claramente torcida, tiene su historia también… Esta iglesia guarda 17 de las 29 tablas flamencas que tenía el claustro de la iglesia de Santa María del Castillo. Eric «el belga» las robó…
Tercera iglesia, Santa María del Castillo. Tiene este nombre porque, por lo visto, en esa colina había un castillo; el señor del castillo, al expiar sus pecados antes de morir, quiso derruir el castillo y mandar construir una iglesia con las mismas piedras, ya que había pecado mucho… Ahora la iglesia de Santa María de Frómista no se utiliza para el culto; de hecho cuando estuvimos nosotros había un show de luces y sonido llamado Vestigia que merece la pena. Habla del Camino de Santiago, de San Telmo, patrón de Frómista, de sus iglesias… a los niños les va a encantar.
Después de tanta visita tocaba mover el bigote… fuimos a comer al Asador Villa de Frómista, en la calle central del pueblo. Tiene horno de leña y está especializado en cordero asado. Nos metimos una ración de morcilla para compartir y luego una ensalada y un cuarto de cordero entre los dos. Genial, muy rico todo. Nos sigue gustando más como lo hacen en la zona de Sepúlveda, pero muy rico estaba.
Frómista es punto esencial de Camino de Santiago, concretamente del Camino Francés. Ya en el Códice Calixtino, siglo XII, se habla de Frómista como parada de la 6ª etapa. De hecho, una de las calles más importantes de Frómista es la calle Francés, llamada así porque era la vía natural de entrada del Camino, y claro, en la época medieval eran los peregrinos franceses los más habituales.
Otro punto curioso en Frómista es la Piedra del Milagro. Sandra os contará en el video la historia y leyenda de esta piedra…
Por el barrio de San Martín, antigua judería, hay muchos hoteles, hostales, albergues para peregrinos… con lo pequeño que es Frómista, tiene una oferta hotelera espectacular. Nosotros quisimos hacer noche en el Hostal Camino de Santiago pero no aceptan perros, así que pasamos el fin de semana en La Casa de Mila, una estupenda casa rural para nosotros solos. Tiene varias habitaciones, un patio, cocina amueblada y en una zona supertranquila. Muy recomendable.
Siguiente punto esencial en Frómista: El Canal de Castilla. Fue una de las obras de ingeniería más importantes de la época, allá a finales del siglo XVIII. En 1773 se decide hacer un canal de agua que una Castilla con los puertos del norte, concretamente con Santander. La idea era encontrar una forma de transporte rápida y barata de llevar cereales de Castilla a los puertos del Cantábrico y, de ahí, a las ciudades del norte de Europa, necesitadas de nuestro trigo y cebada. La pena es que cuando casi se estaba terminando, llegó el ferrocarril y ganó la partida al canal, tanto por velocidad como por eficacia. Desde entonces se usa para irrigar las tierras de campos por donde pasa y, desde hace unos años, como atracción turística. La gente se hace el Canal de Castilla en bici, andando… es una pasada de bonito. Además, a su paso por Frómista sufre un desnivel importante, que se solucionó con un complejo sistema de 4 esclusas, claramente visibles hoy en día. De hecho, la oficina de turismo de Frómista está en la antigua casa del esclusadero…
Enfrente de la oficina de turismo está la Quesería San Martín. Tienen buenos quesos curados de oveja, ahí lo dejamos… por cierto, si sois amantes del queso, la primera semana de Julio se celebra la Feria Nacional del Queso…
Por la noche cenamos en Los Palmeros. Solo el edificio ya merece la pena. Es un antiguo hospital de peregrinos y actualmente el mejor restaurante de Frómista. El dueño, un chaval majísimo, nos contó muchos secretos sobre el pueblo, la gastronomía local… y tiene una carta de vinos que más quisieran algunos estrellas Michelín!
Al día siguiente salimos a visitar los alrededores. No os perdáis el pueblo de Támara de Campos, y su «pequeña catedral». Desde varios kilómetros antes de llegar, alucinaréis de cómo un pueblo tan pequeñito tiene una iglesia tan grande… pues sí, la Iglesia de San Hipólito, gótica del siglo XIV. En esa época toda esta región era muy rica, la llamaban «el granero de Europa». De ahí que la iglesia tuviera fondos para construir esas iglesias tan espectaculares. A la salida de San Hipólito podréis ver varias bodegas subterráneas; algunas funcionan en la actualidad.
Ya habéis visto porqué Frómista es Patrimonio de la Humanidad, ¿verdad? ¡volveremos! ¡nos ha encantado!
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