¡Hola disfrutones!

En este post-video os presentamos Coimbra, una de las ciudades más bonitas de Portugal. Y no solo bonitas, también histórica, importante, señorial, divertida, gastronómica, joven y muchos otros apelativos que se le pueden poner.

Pasamos en Coimbra dos días en el verano 2020, aunque podríamos haber estado una semana, nos dejamos alguna cosilla por ver y sobre todo bares y restaurantes por analizar, jejejeje…

Coimbra fue capital de Portugal durante la Edad Media y, de hecho, seis reyes portugueses nacieron aquí.

El río Montego, el más largo de Portugal, separa la ciudad en dos partes, la nueva y la antigua. Nosotros pasamos más tiempo en la antigua, tiene más que ver y ahí estaba nuestro alojamiento y principal oferta de ocio, pero no os perdáis la zona nueva.

Coimbra
Coimbra desde el río Mondego

Nosotros cruzamos a la zona nueva por el Puente de Santa Clara: Lo primero que nos encontramos son las ruinas del antiguo monasterio de Santa Clara. Estaba tan cerca del río que siempre estuvo afectado por humedades, hasta que lo trasladaron a la parte alta, y nueva, de la ciudad. Después de unas cuantas y duras cuestas, llegamos al Nuevo Monasterio de Santa Clara.

No recordamos lo que costaba la entrada, unos pocos euros, pero merece la pena. Así tendréis acceso al claustro, precioso, y a la iglesia.

La iglesia de Santa Clara tiene retablos de puro oro, son espectaculares. Y en medio del retablo mayor, la tumba de la reina Isabel de Portugal, en plata. El conjunto tiene una magnificencia que pone los pelos de punta. Por cierto, ¿sabías que la reina Isabel de Portugal era maña? pues sí…

Bajamos esta vez las cuestas hasta llegar al Jardín La Quinta de las lágrimas. Es un jardín superromántico, con muchas variedades de árboles, varios lagos, e incluso tienen un ¡hotel de lujo dentro!

Jardin Quinta das Lagrimas
Jardín Quinta das Lágrimas, Coimbra

La Quinta das Lágrimas tiene una terrible historia de amor que Sandra os contará en el video, sobre personajes reales de la historia portuguesa. ¿Os suena el rey Pedro «el cruel»? Pues ya veréis de dónde viene el apelativo…

Volvimos a nuestro apartamento para descansar un poco. Por cierto, muy recomendable, Orpheus, en pleno centro. De hecho estábamos, pared con pared, con el Arco de Almedina, uno de los pocos ejemplos de arte musulmán en Portugal.

Después de una reparadora siesta, paseamos por la Plaza del Comercio, donde, aparte de bonitos edificios, hay muchas terrazas. Es peatonal, con lo que se está agustísimo.

No nos entretuvimos mucho porque habíamos reservado para cenar en el Solar do Bacalhau. A Jose le encanta el bacalao y Portugal es el paraíso para este pescado, así que allí que fuimos. No decepcionó, muy muy bien. Un local nuevo, moderno, con una gran cava de vinos. El maitre nos recomendó muy bien, tanto el vino como la comida. Un vicio lo del bacalao en Portugal, de verdad…

Comenzamos el día siguiente como habíamos acabado el anterior… comiendo, jejejeje… fuimos a desayunar a una de las cafeterías más clásicas de Coimbra, Briosa. Aparte de los pasteles de nata, que no podían faltar, probamos el pastel de Tentugal. Es contundente, ojo… pero muy rico con un café de esos intensos que les gusta a los portugueses. Muy fans de los pingados, los cortados españoles.

Con fuerzas empezamos a subir las cuestas y «centenares» de escaleras hasta llegar a la universidad. Está dividida en la zona nueva, con edificios del siglo XX tipo «Complutense de Madrid» y la universidad vieja, que es la que realmente merece la pena ver.

universidad Coimbra
La torre del reloj de la Universidad, uno de los puntos más característicos de Coimbra.

Recomendamos que reservéis una visita guiada con antelación, merece la pena. Podréis ver sus tres puntos más espectaculares: la biblioteca, el palacio y la capilla. Increíbles, sobre todo la biblioteca nos encantó.

La Universidad de Coimbra es la institución más antigua en lengua portuguesa, fundada en 1290, Patrimonio de la Humanidad. No os perdáis la foto en la puerta de entrada, magnífica, y con la torre del reloj detrás.

Por los alrededores de la universidad veréis estudiantes vestidos de traje negro cantando fados y vendiendo souvenirs, curioso…

En la parte alta de la ciudad está también la catedral nueva, aunque hay que decir que dedicamos más tiempo a la catedral antigua.

La catedral vieja tiene elementos arquitectónicos muy variados. Tiene una clara base medieval, de iglesia fortaleza, con fuertes muros e incluso almenas arriba. Luego tiene detalles moriscos como las ventanas con columnas en medio, y para rematar, un pórtico renacentista, ¡curiosísimo!

Alrededor de la catedral vieja hay varios garitos y cafés muy chulos y que por las noches tenían mucho ambiente universitario.

Seguimos bajando hasta llegar a la plaza del 8 de Mayo, donde aparece la espectacular entrada renacentista de la Iglesia de Santa Cruz. Es del siglo XII aunque la portada es del XVI. Consejo: antes de entrar, tomad un café en el Café de Santa Cruz. Nunca estaréis tan cerca de tomar algo en un sitio que está, literalmente, dentro del conjunto eclesial…

Merece la pena que paguéis la entrada para ver la iglesia y monasterio de Santa Cruz. El monasterio sobre todo merece la pena por su espectacular Claustro del Silencio. Las paredes están cubiertas de azulejos, con preciosos arcos y además con una tranquilidad digna de su nombre. En la iglesia destacan las tumbas de los dos primeros reyes de Portugal, es un sitio muy importante para nuestros vecinos.

Claustro del silencio, Coimbra
Claustro del Silencio, monasterio de Santa Cruz, Coimbra

La plaza del 8 de Mayo siempre tiene mucha vida, con bares, una enoteca, y el Carmina de Matos, uno de los restaurantes que mas nos gustaron de Coimbra. Intentad reservar en la azotea, las vistas de la plaza son únicas. Comimos de tapas, petiscos en portugués, muy buena opción si solo sois dos y queréis probar muchas cositas.

Iglesia de Santa Cruz
Iglesia de Santa Cruz desde la terraza Carmina de Matos

Siestecita y de nuevo a patear el casco viejo, esta vez ya con intención de hacer alguna compra de quesos, vinitos ricos portugueses… estuvimos por la zona de atrás de nuestro apartamento y allí vemos a una guapa tricana… una estatua de bronce, homenaje a las mujeres de Coimbra, que hasta mediados del siglo XX todavía bajaban (y subían) al río a por agua. Las placitas alrededor de la tricana están llenas de terrazas, bares chulos, restaurantes tipo bistrot… muy disfrutona esa zona.

Tricana de Coimbra
Tricana de Coimbra

Nosotros entramos en una tienda llamada Kabra Velha. Nos gustó la oferta de quesos que tenían y las referencias distintas y atrevidas de vinos portugueses, aparte de los vinhos verdes que tanto nos gustaron. El dueño además, muy amable, nos recomendó muy bien.

Como habéis visto, Coimbra es mucho. Historia, cultura, gastronomía, folklore, diversión… ¡nos encantó! ¡volveremos!

No os perdáis el resto de post-videos que hicimos en este road-trip, grabado en Agosto 2020, en una ruta de una semana donde también visitamos pueblos encantadores como Obidos o zonas más playeras como Peniche.

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¡Hasta la próxima semana!

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