¡Hola disfrutones!
En este post-video os presentamos SANTA CRUZ DE LA PALMA, ¡la capital de LA ISLA BONITA!
Santa Cruz de La Palma es una acogedora ciudad con muchísima historia, cultura, gastronomía y una tradición marinera que nos encantó.
Dormimos en un hotel muy bien situado, enfrente de la playa y así como muy modernillo. Se llamaba Holiday Time.
Hablemos de la playa… nos contaron que es artificial y que, de hecho, es muy nueva, cosa que nos sorprendió. Está muy bien conseguida, con una arena negra típicamente canaria que nos encantó. Tiene buenas olas y es suficientemente larga como para echar una buena siesta sin jaleo alrededor.
Santa Cruz de La Palma tiene un paseo marítimo precioso. No os perdáis los balcones, zobre todo una zona con 6 casas, cada uno de un color, con plantas, flores y una vistosidad increíble.
Es curioso porque esa era la parte de atrás de las casas: balcón en el piso de arriba y portón grande en el de abajo. La idea era que se pudieran meter las mercancías que venían del puerto directamente a casa desde ese portón. El frontal de las casas de colores da a la Calle Real, otra que no os podéis perder. Nos recordaba a los «rascacielos» de Cuenca, ya que el edificio por la Calle Real es, o parece, mucho más alto que por el paseo marítimo. Curioso…
Comimos en el mismo paseo marítimo, en La Chalana, por recomendación de una de nuestras embajadoras en Santa Cruz de La Palma. Comida local con especialidad en pescados frescos. Muy rico.
Para bajar la comida dimos un paseo hasta el final del paseo marítimo. Paramos a ver el Castillo de Santa Catalina, del siglo XVII. Lo construyeron al lado de la playa para defender la ciudad de los ataques corsarios. Es muy bonito, con su típica piedra volcánica.
5 minutos más adelante está el Castillo de La Virgen, con unas vistas espectaculares de la ciudad y una línea de cañones que te pueden hacer vivir esa época de los corsarios y piratas que utilizaban la isla antes de salir hacia América.
Bajando el castillo de la Virgen os sorprenderá ver un navío antigo de madera en medio de una rotonda. Es el Museo Naval. Como os decimos, Santa Cruz de La Palma tiene una relación muy especial con el mar y la navegación. Nosotros no pudimos entrar en el museo ya que fuimos un 1 de Enero, pero dicen que tiene curiosidades, armas, cañones, mapas de navegación…
A partir de ahí cogimos la Calle Antonio Rodriguez López, que atraviesa el casco antiguo. Nos encantaron las numerosas placitas que tiene Santa Cruz de La Palma, con sus bares, su ambiente tranquilo, sus palmeras… una gozada, apetece parar en todas a disfrutar del «dolce far niente»…
Una que nos encantó fue la Plaza de Santo Domingo. No pudimos entrar en el monasterio, pero hicimos fotos muy bonitas de sus árboles frutales y esas flores naranjas tan bonitas.
Le dedicamos un buen rato a la Plaza de España. Dicen que tiene el mejor conjunto de edificios renacentistas de todas las Islas Canarias y la verdad es que es una maravilla. Su ayuntamiento, las casas nobiliarias que lo rodean y por último la majestuosa Iglesia del Salvador, con un techo en artesonado mudéjar precioso.
Descansamos un rato y volvimos a salir a continuar pateando Santa Cruz de La Palma. recorrimos la elegante Calle O’Daly… no os perdáis el video, ya que Sandra cuenta la historia de este irlandés que hizo historia en nuestro país…
Subimos las escaleras para ver el barrio de San Telmo y el barrio de la Canela, dos zonas cero turísticas pero con mucho encanto. Hablando de canela, no os perdáis el restaurante Cinammon. Nos encantó, diríamos que fue el mejor restaurante que probamos en la ciudad. Para empezar tiene una terraza en una plaza peatonal que es un gusto a cualquier hora del día. Además el camarero fue simpatiquísimo, recomendándonos platos y vinos diferentes de «los de siempre». Y luego la gastronomía, muy atrevida, muy moderna y manteniendo, eso sí, el producto local. Por favor, no os vayáis sin probar su risotto… todavía babeamos cuando vemos el video…
Y ya que hablamos de comida, entramos en el costumbrista mercado de la Recova. Allí encontraréis frutas, pescados y, ya sabéis que somos adictos al queso…, varias queserías con quesos artesanos de La Palma. Compramos uno ahumado que duró menos de una semana en casa… ¡riquísimo!
Luego cogimos el coche para ir a conocer más sobre la cultura indiana y sus puros palmeros. Muchos emigrantes que marcharon a América, y sobre todo Cuba, partieron de La Palma. Cuando hicieron dinero allí, volvieron a su tierra, se construyeron casas al estilo colonial («casas de indianos») y trajeron parte de la cultura caribeña; entre ella, los puros habanos.
Visitamos la tienda de Puros Artesanos Julio, y vimos que de verdad eran artesanos. Cuatro personas trabajándolos a mano, entre ellos el padre Julio y el hijo Julio. El hijo fue simpatiquísimo y nos enseñó todo el proceso de producción. Aprovechamos para comprar unos regalitos a algunos amigos aficionados al puro y a descansar, que al día siguiente íbamos a visitar el norte de la isla.
No os perdáis los siguientes posts sobre la isla de La Palma, os van a encantar. ¡Naturaleza en estado puro!
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