Islas Canarias

El Sur de Fuerteventura, «soledad salvaje»

31 marzo, 2019

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¡Hola disfrutones!

¿Leísteis el post que subimos hace unas semanas sobre el Norte de Fuerteventura y la Isla de Lobos? No os lo perdáis, os damos pistas muy buenas para disfrutar de la zona, comer bien…

Hoy toca el sur, sin duda la zona más aislada, más solitaria y un lugar perfecto para perderos, para disfrutar del silencio, para paseos solitarios, para pensar, para simplemente… ver la vida pasar…

Si vais a estar una semana en la isla, de verdad que os recomendamos visitar ese «sur profundo». Lo llamamos así porque cuesta llegar. No os fieis de los kilómetros. Para que os hagáis una idea, de Corralejo a la Playa de Cofete hay 130 kilómetros. Lo que en otra zona de nuestro país sería una hora y media de trayecto por buenas autovías, en esta zona del Sur de Fuerteventura nos tememos que se os va a ir a dos horas y media. ¿Motivo? La carretera es de un carril por sentido y como la mayoría de la gente que circula por allí son turistas, digamos que van a una velocidad «responsable» y «sin prisa». Además la carretera tiene muchas curvas y es difícil adelantar. Para más inri, desde Morro Jable a Cofete la carretera no está asfaltada y se va muy despacio. A nosotros se nos hizo eterna esa última parte de la ruta, la verdad…

Eso sí, mereció la pena llegar a la Playa de Cofete. Es, sin duda, la playa más desierta que hayamos visto nunca. kilómetros y kilómetros de arena, con un agua cristalina, y mirando al otro lado, unas inmensas montañas que acaban, como en un tobogán, en el mar. Precioso. Eso sí, llevad mucha agua y algo de comer, porque allí no hay nada. Y mucho cuidado que hay olas grandes y dicen que mucha corriente.

Al salir de la playa paramos a ver la Villa Winter. Sandra os contará en el video la historia del Sr. Winter, pero vamos, deciros que hay muchas leyendas inquietantes sobre oficiales nazis, submarinos hacia Argentina…

Salimos de la carretera horrorosa de Cofete y paramos en Morro Jable. Un pueblo muy turístico, como casi todo Fuerteventura, con una playa larguísima. Paramos a comer en un sitio que vimos recomendado en un blog, Leo’s. Allí saludamos a su «camarero estrella», Elvis. Por supuesto le contamos que tenía el mismo nombre que nuestro Beetle y él nos contó la historia del suyo. Muy simpático, sin duda, si vais para allá, decidle que sois amigos nuestros y que os cuente el porqué de su nombre… El tema es que Elvis nos recomendó comer un pescado que no habíamos probado hasta entonces, «el burro»… oye, pues estaba riquísimo a la espalda, perfecto para 2 con una ensalada y unas papas. «Gracias Elvis, ¡volveremos!».

Paramos también a ver el Faro de Morro Jable, muy bonito y rodeado de playas.

Siguiente parada, la Playa de Mal Nombre, que pese a ese «mal nombre», es muy muy bonita, muy grande, muy tranquila, y con un beach bar interesante y donde puedes echar el día si te descuidas, el «Tierra Dorada«.

A menos de 10 minutos está la Playa de Sotavento, donde se suelen celebrar campeonatos de windsurf. Como os podéis imaginar, mucho viento, mucha ola y un ambiente muy surfero. Allí cerca tenéis uno de esos sitios escondidos, míticos y muy disfrutones que nos gusta enseñaros: «Palmita Pepe y Antonia«, un restaurante al borde del mar con unas vistas espectaculares y con el comedor sobre las rocas, de forma que el mar rompe debajo vuestro. ¡Espectacular!

Siguiente playa, la de Costa Calma. También muy turística, con restaurantes de esos que están llenos de gente cenando a las 7 de la tarde… así que aprovechad a ir a ella por la tarde y podréis disfrutar de un mágico atardecer solitos en la playa… consejo disfrutón…

Terminamos la jornada subiendo por una sinuosa carretera (tomad nota, moteros) hasta el Faro de la Entallada. Merece la pena, es precioso, con esa arquitectura tan típicamente canaria y construido encima de un acantilado. No hay mejor sitio para ver cómo el sol se esconde y decir «hasta luego» a este magnífico día que pasamos viendo el SUR de FUERTEVENTURA.