¡Hola disfrutones!
En este post-video os enseñamos Friburgo de Brisgovia, la que llamamos la «puerta sur» de la Selva Negra.
¿Sabes que hay 3 Friburgo en el mundo? Sí, una en Francia, otra en Suiza y esta que visitamos nosotros en Agosto 2024 en Alemania. La Friburgo alemana se llama Friburgo de Brisgovia, para que nos entendamos.
Friburgo recibe más de 3 millones de visitantes al año, que vienen, como nosotros, atraídos por ese paraje natural llamado La Selva Negra. Pero ojo que Friburgo es una maravilla no solo por la naturaleza de sus alrededores sino por su casco antiguo. Vamos con ello!
Empezamos la visita, como siempre, de fuera a dentro. Dejamos el coche en la Iglesia del Corazón de Jesús, muy bonita y con mucho cesped alrededor para el paseo de nuestra Shiva. Al ladito tenéis un precioso puente llamado El Puente Azul, estilo Eiffel, que sortea las vías del tren. Vaya foto os sale desde el puente a la iglesia…
Llegamos a la plaza de la Antigua Sinagoga. Obviamente fue destruida durante la época nazi. Toda esa zona ahora es parte de la Universidad de Friburgo; una de las más importantes de Europa. Por allí os volveréis locos de la cantidad, las miles de bicis que hay, tanto aparcadas como circulando. Por lo visto Friburgo es la Capital de la Ecología en Alemania: tiene más de 400 kms de anillo ciclista y el 40% de su superficie son bosques.
Entramos ya en pleno casco medieval, a través de la Puerta Martin, una de las dos que quedan en pie de la antigua muralla. Preciosa, con una elegante torre de vigilancia. Fijaos que, de vez en cuando, hay unas pequeñas placas doradas en el suelo, con unas inscripciones en hebrero y alemán; se refiere a familias judías que vivieron en los edificios aledaños y que murieron en el holocausto, impresiona mucho.
Un detalle muy bonito, y muy agradable, del casco antiguo de Friburgo son sus pequeños canales de agua corriente a lo largo de sus aceras. Da mucho fresquito en verano y, de hecho, veréis a muchos niños mojándose los pies en este agua. Hay un canal muy grande y muy instagrameable, Gewerbe, que va directo al río Greisam.
Llegamos a la catedral de Friburgo, un punto esencial al que dedicarle al menos 1 horita. Hablamos de un edificio construido en el año 1.200, gótico de manual, que servirá a vuestros hijos para dar una profunda clase de historia del arte. Increíbles sus vidrieras, que, junto con esa roca rosácea, le da un toque íntimo y muy magnético. Por fuera, no os perdáis las gárgolas, concretamente 90 diferentes todas y con ese aspecto tan tenebroso… Por último, su campanario, esbelto, 116 metros, que alberga a Hosanna, su famosa campana, que milagrosamente se libró de los bombardeos de la IIGM y que ahí sigue, con sus 750 años…
El barrio de la catedral merece un paseo tranquilo. A la salida de la misma, y rodeada de puestos callejeros de salchichas, está la Fuente del Pescado; se dice que en el Medievo los pescadores lavaban el pescado aquí, debía oler regulero…
Nos encantó el Viejo Almacén, no tiene perdida con su color rojo. Se trata de una mansión del siglo XVI, con el escudo de los Austrias. Como curiosidad, la figura central es el Rey Maximiliano, y a su derecha, su hijo Felipe, que años después sería nuestro «Felipe el Hermoso·», marido de Juana «La Loca».
Seguimos paseando por la zona y disfrutando de los pocos edificios renacentistas que sobrevivieron a los bombardeos como la Corte de Basilea o la Casa de la Ballena (donde vivió Erasmo de Rotterdam en el siglo XV).
Giramos la esquina y nos encontramos los ayuntamientos. Sí, porque hay dos… el antiguo, ahora oficina de turismo y de color rojo, y el nuevo, con los típicos entramados de madera.
Salimos del barrio antiguo para pasear por la orilla del río. Hay un sendero interminable a lo largo del río, muy chulo para pasear con los perretes, para hacer deporte o simplemente para sentarte en un banco a leer un libro mientras escuchas el sonido del agua del río. Paramos a ver la Torrecilla de Friburgo, un puesto de entrada medieval que controlaba el acceso de mercancías al casco viejo. Desde allí ya se ve otro de los puntos emblemáticos de Friburgo, la Torre de los Suabos. Es preciosa, con sus pinturas renacentistas, la torre de vigilancia en madera, tejado en uve y la casa anexionada con sus entramados de madera. Ojo, desde su primer piso nace un puente que cruza la carretera y os llevará a un montículo: allí hay un jardín muy agradable, con vistas a la ciudad, y dos beer garden muy interesantes; uno es más tipo restaurante, más elegante, y el otro más popular, con buenas cervezas, salchichas y ambientazo.
Después nos volvimos a nuestra casa de Airbnb para descansar un poco, paseo por el río viendo huertos de flores y vuelta a cenar a Friburgo. Como veréis en el video, cenamos en Lowengrube, un restaurante tradicional, con una terraza muy tranquila donde comimos muy bien y nos recomendaron un vino muy rico.
Ni tan mal para un día de pateo por Friburgo de Brisgovia, verdad? No os perdáis el resto de videos que tenemos de la Selva Negra, tenemos mucho material interesante para vuestro viaje…
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