¡Hola disfrutones!

En este post-video os vamos a enseñar qué ver en Ribadesella en un fin de semana.

Ojo, un fin de semana se os va a quedar corto. ¡Nosotros estuvimos una semana entera! Ribadesella, aparte de ser uno de los Pueblos más Bonitos de España, es un centro ideal de estancia para conocer el Oriente de Asturias. No os perdáis los post y videos que hicimos sobre Llanes, Tazones, Lagos de Covadonga, Redes

Lo primero es tema aparcamiento. Ribadesella es muy turístico, muy pequeño y limitada a un lado con el mar y al otro por la montaña, con lo cual, sobre todo si vais en verano, es complicado aparcar. Hay un parking gratuito en el puerto, pero es pequeño, imposible encontrar sitio en los siete días que estuvimos allí. Nuestro truco era dejarlo en la parte alta, concretamente en la calle Villar y Valle, siempre había un sitio para nuestro Elvis.

El centro del casco viejo es la Plaza de la Iglesia. Desde allí veréis las preciosas casonas del siglo XVII, pintadas con colores vivos y con terrazas acristaladas, ¡nos encantan!

Ribadesella casco viejo
Casas del casco viejo de Ribadesella

También por ahí hay mucho ambiente de sidrerías y bares, hay gente desde las 12 de la mañana hasta la madrugada.

Una vez llegas al puerto, os recomendamos pasear por el paseo marítimo, que bordea la ría. Se llama el paseo de la Grúa. Muchos restaurantes buenos y vistas del otro lado del estuario. Ribadesella está dividida en dos zonas por la ría, ya los Romanos la trataban incluso como separación de dos regiones. Enfrente veréis la Playa de Santa Marina, una playita muy tranquila, ideal para ir con niños. En esa zona de Ribadesella hay varias casas de indianos, las que construyeron los emigrantes asturianos que fueron a «las Américas» y que luego volvieron a jubilarse aquí, con dinerito (fruto de su duro trabajo) y con esa estética tan caribeña. Uno de los más bonitos es el actual hotel Villa Rosario, uno de los más clásicos y caros de la villa.

Siguiendo el paseo llegaremos a los Murales de Mingote. Se trata de unos murales de loza pintados por el artista e ilustrador Mingote, que cuentan la historia de Ribadesella. Muy divertidos y amenos, aprendimos mucho!

Cuando termina Mingote, empiezan otros murales con ejemplos de mitología asturiana. Nos hicieron mucha gracia los «trasgus», ¿sabéis que tenemos dos en casa? sí, son los que nos lían los cables de los cascos todas las noches, jejejeje… seguro que tenéis alguno en casa que os hace pequeñas trastadas…

Al final del paseo hay unas escaleras que suben a la ermita de la Virgen de Guía. Imprescindible que subáis para disfrutar de sus vistas. Por un lado, el Cantábrico y unos espectaculares acantilados. Por el otro, la entrada del estuario a la villa, rodeada de montañas, precioso.

Ermita de Guia, Ribadesella
Vistas desde la ermita de Guía, Ribadesella

Allí también veréis unos cañones que por lo visto fueron los que evitaron que la armada francesa tomara la ciudad en la guerra de la Independencia contra Napoleón…

Ribadesella
Ermita de Guía, Ribadesella

Al día siguiente cogimos el coche y nos fuimos a ver una playa muy famosa en la zona, la Playa de Vega, a 10 minutos al sur de Ribadesella. Es Monumento Nacional y una de las playas más anchas, más largas y más bonitas de la zona. Es preciosa, rodeada de montañas verdes y con mucho espacio para estar tranquilo, hacer surf…

Enfrente de la playa de Vega además hay muchos beach bars para tomar algo. Y está el mítico restaurante Güeyu Mar

Reservamos una semana antes en la terraza, merece la pena. El chef trabaja muy bien el pescado y marisco, con un estilo moderno y atrevido, pero sobre todo cuidando mucho las cocciones y los sabores básicos. El pulpo, el calamar, trabajan mucho el queso Gamoneu… buena carta de vinos también y un personal muy agradable y entendido. ¡Chapó por Güeyu Mar!

En esta escapada a Ribadesella dormimos en la casa rural Bajo los Tilos. Tomad nota porque fue una gran experiencia. Elena y su hijo llevan de una forma muy familiar esta casita. Tiene pocas habitaciones, cada una con su personalidad. Mil detalles, todo muy acogedor. El desayuno super bueno y muy variadito y sano. Y la finca es preciosa. Tiene dos tilos enormes, llenos de pájaros y mesitas y hamacas donde echar la tarde leyendo, una maravilla si quieres descansar.

Bajo los Tilos, Ribadesella
Hotel rural Bajo los Tilos, Ribadesella

Al día siguiente nos metimos hacia el interior para ver Cangas de Onís (os lo contaremos en otro post) y Arriondas. Arriondas en sí no tiene mucho; es un buen punto de inicio para disfrutar de los Picos de Europa, eso sí.

Arriondas para nosotros fue otro destino disfrutón. Concretamente el lugar donde está uno de los mejores restaurantes de la zona: El Corral del Indianu. Una estrella Michelín, dirigida por el chef Jose Antonio Campoviejo.

Le definen como «un genio loco». A nosotros nos pareció que de loco no tenía nada. Más bien «grandioso». Combina productos locales (chorizo, fabes, queso, buenos pescados y carnes de la zona) con técnicas innovadoras y mezclas muy muy divertidas. En el video veréis más… aunque ya sabéis, lo que siempre os decimos, ¡hay que ir a verlo!

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¡Hasta la próxima semana!

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