¡Hola disfrutones!
En este post-video os enseñamos Getsemaní, el barrio más pintoresco de Cartagena de Indias.
Getsemaní era una isla aunque en seguida fue anexionada a la Ciudad Amurallada a la llegada de los conquistadores españoles. De hecho le pusieron este nombre que en hebreo significa «lugar para la extensión», ya que eran los arrabales de la ciudad. En Getsemaní vivían las familias de esclavos y obreros que no podían permitirse vivir en la zona amurallada, donde estaban las clases acomodadas y el clero.
Tal vez por eso, Getsemaní ha sido siempre un barrio más bohemio, más alternativo, más popular, y menos turístico que la Ciudad Amurallada.
Getsemaní tiene ambiente de día y noche. Empecemos por la noche…
Una de las calles principales de Getsemaní es la calle Arsenal. Está llena de bares y algún hotel boutique como en el que nos alojábamos nosotros, el Santa Cecilia.
La marcha nocturna empieza alrededor del malecón y la Plaza del Reloj. En esa zona no solo hay bares y restaurantes sino que ahí comienzan las rutas de las «chivas». Las chivas son unos autobuses abiertos, con música a tope, luces de colores, donde puedes subir con bebida o te la sirve el camarero que acompaña al conductor o incluso la puedes comprar a los vendedores ambulantes que rodean la chiva. Nosotros no montamos pero nos parecía un planazo superdivertido si vais con un grupo de amigos. También hay chivas acuáticas, las llaman «barcas fiesta» y es el mismo concepto. Raro será que alguno no termine en el agua…
La marcha sigue, a partir de las 12 de la noche, en las calles alrededor de la Plaza del Pozo. Por cierto, este pozo fue, durante muchos siglos, la única fuente de agua para proveer a toda la población de Getsemaní.
Olvidaos de dormir si os alojais en esta zona. Es una auténtica locura. Hay bares, restaurantes, garitos de música en directo, pero lo que más nos llamó la atención fue que la mayoría de casas, hogares convencionales, abren sus puertas y venden refrescos, cocteles y copas a los que van paseando. Hay calles donde apenas se puede andar del jaleo que hay y las mesas que ponen en la acera. Música a todo lo que da y bien de mojitos y caipirinhas. ¡No os perdáis la experiencia!
Nosotros nos decidimos por ir a un sitio más clásico y tomar una copa más «preparada». Fuimos al Café Havana, el bar más auténtico de Cartagena. Música en directo desde las 11 de la noche, y grupos muy muy buenos. Nos encantó, se estaba muy a gusto y la música se escucha fenomenal. Aunque no sepáis bailar salsa, merengue o bachata, merece la pena ir y ver cómo bailan los cartageneros.
Al día siguiente nos tocó madrugar. Queríamos ver el «otro Getsemaní», el mañanero… lo primero, la Ruta de los Murales. Varias calles de Getsemaní tienen las paredes de las casas con murales de artistas urbanos, graffiteros, super interesantes. Merece la pena que os perdáis a hacer fotos y disfrutar de los colores y motivos expuestos. Hay muchos murales dedicados a la diversidad étnica y cultural, espectaculares. Nos comentaron que los primeros esclavos libres de Cartagena de Indias se instalaron en Getsemaní.
Paramos a tomar unas limonadas riquísimas en San Nicolás, muy recomendable también para comer.
Luego fuimos al Castillo de San Felipe, una visita ineludible en vuestra visita a Cartagena de Indias y Getsemaní. Este castillo es Patrimonio de la Humanidad y una de las 7 Maravillas de Colombia. Es una de las obras arquitectónicas bélicas más importantes de toda Latinoamérica y símbolo de la historia de España y de Colombia.
En el video os contaremos la batalla del Castillo de San Felipe, en 1741. Merece la pena que os estudiéis un poco esta historia antes de visitar el castillo, o incluso que contratéis un guía para que os cuente, es una pasada.
Al bajar del castillo pasamos por la Plaza de la Trinidad, con la iglesia del mismo nombre, que además es una de las más antiguas de Cartagena. En los alrededores de esta plaza se produjeron las últimas batallas entre los independentistas colombianos y las tropas realistas españolas. Cartagena de Indias fue la última ciudad española del imperio en latinoamérica.
Seguimos paseando Getsemaní y llegamos a la calle Tripita y Media. ¿Puede tener un nombre más «cuqui»? es una callejuela muy instagrammeable… tiene paraguas de colores para quitar el sol y para darle un toque colorido y diferente, y en la entrada hay varias palanqueras vendiendo fruto. Las palanqueras son unas señoras vestidas con trajes tradicionales colombianos, mucho color como siempre, que dicen que representan a los primeros esclavos libres de Colombia, que se establecieron en el pueblo de San Basilio de Palenque.
Después de tanto andar, volvimos a la zona de la calle Arsenal, a comer en La Cocina de Pepina. Pepina prepara unos platos riquísimos de recetas del interior de Colombia con ingredientes caribeños, nos encantó. Muy recomendable pero debéis ir a primera hora porque no reservan…
Al terminar, visitamos el Centro de Convenciones de Cartagena, donde en 2016 se firmó el Acuerdo de Paz entre las FARC y el gobierno colombiano. Allí está la cafetería Inspiración, donde nos hicieron una espectacular cata de cafés, nos explicaron mucho sobre este producto que es típicamente colombiano. Y con unas tartas impresionantes como postre…
No os perdáis el post-video que hicimos sobre la Ciudad Amurallada de Cartagena de Indias…
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¡Hasta la próxima semana!
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